El verano anida por la voluntad de mi madre,
el tierno sol nos invita a salir de los marmoles,
hacia la glorieta alla vamos, si asta los angeles nos acompañan hoy.
Quimeras bellas, y laborioso rosedal, compone
solemne, ante los cristales los planos divinos,
avanzamos sobre fontanares, pisamos la hierva
del prado, reimos ante la inmensidad.
Que felicidad tan suprema y ya serca de Neptuno...
que perdida me senti en los laberintos, con pasos
desididos, con alma extaciada explore, entre rotondas
y el palomar canela, el jardin privado es mi vida,
Helena me invita, y avejas añadieron sus cantos,
es mas dulce en verano que a la lejania.
M. A. 1./4/11 y 2/4/11
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